26 de Noviembre de 2024

DESDE AFUERA / Guatemala, una crisis en desarrollo / JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

columnas heraldo

 

Guatemala se encuentra en un periodo políticamente delicado, en el que un Presidente electo sobre la base de una campaña anticorrupción denuncia la posibilidad de un golpe de Estado disfrazado de acusaciones de fraude contra su partido.

La situación se refleja en el ámbito global, donde el presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, desarrolla una campaña por respaldo internacional y en lo interno, sus partidarios hacen protestas callejeras para evitar lo que muchos creen es un intento real de golpe de Estado.

Las incidencias de la gira de Arévalo reflejan en parte la situación en la que está: el periplo se inició el 29 de septiembre en México, donde se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador, y tras una breve interrupción el sábado 30 de septiembre, luego de que la Fiscalía General decomisó las actas electorales de las dos vueltas de votación, reanudó el lunes en Washington para reunirse con funcionarios estadounidenses, la Organización de Estados Americanos, y centros de análisis.

El 20 de agosto pasado, Arévalo, hijo del expresidente Juan José Arévalo, ganó la segunda vuelta de la votación, luego de superar a candidatos más tradicionales, incluso la aparente favorita, la exprimera dama Sandra Torres.

Los partidarios de Torres, incluido el actual partido gobernante, alegaron fraude, pero esas afirmaciones fueron cuestionadas por observadores internacionales y desestimadas por los tribunales guatemaltecos.

Pero la Fiscalía General, que encabeza Consuelo Porras, y el jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), Rafael Curruchiche, parecen determinados a encontrar falta en el registro del movimiento Semilla, que apoyó la candidatura de Arévalo.

Irónicamente, la Fiscalía guatemalteca fue considerada, hace no muchos años, como una institución ejemplar en América Latina, por su lucha contra la corrupción.

La actuación de Porras, de acuerdo con un reporte de la BBC, "está plagada de señalamientos por supuestamente bloquear investigaciones judiciales, criminalizar a jueces y fiscales, proteger a políticos corruptos y coludir con el actual presidente, Alejandro Giammattei, algo que ella niega tajantemente y asegura que se trata de campañas mediáticas".

El tema de la corruptela es un problema que preocupa a los guatemaltecos, tanto que entre 2006 y 2019, dieron la bienvenida a una Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), que fue terminada por el mandatario Jimmy Morales, investigado a su vez por corrupción.

En última instancia, y más allá del momento actual, Arévalo representa una opción contra un muy atrincherado poder político y económico que ha sido dominante por décadas. Y si bien Porras y Curruchiche representan un obstáculo muy visible, que probablemente sea superado, serían más preocupantes las condiciones de gobernabilidad que puede enfrentar Arévalo cuando asuma el poder en enero próximo y su impacto como nación emisora de migrantes.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS