22 de Noviembre de 2024

REFLEXIONES CONSTITUCIONALES / Elección en la UNAM / Alfredo Ríos Camarena

columnas heraldo

 

La elección de la rectoría en la UNAM siempre se ha apegado a lo que establece su Ley Orgánica, que da facultades electivas a la Junta de Gobierno, integrada por 15 destacados académicos, que han cumplido con puntualidad. No obstante, habrá que reconocer que, durante la hegemonía priísta, el titular del Poder Ejecutivo federal siempre tuvo —de alguna manera— una influencia definitiva, tanto en la elección del rector, como para intervenir subrepticiamente en su destitución, como los tristes casos del doctor Ignacio Chávez –eminente cardiólogo—, o de Pablo González Casanova –padre de la Sociología mexicana—.

En el actual proceso se dan condiciones atípicas, pues nunca –que yo recuerde— habían participado como finalistas tantos (10) destacados académicos. Todos tienen amplias credenciales en su carrera universitaria; aun así, son demasiados, lo que permitirá que al final del camino tengan que descartarse rápidamente la mayoría, para que la Junta pueda obtener un resultado en beneficio del destino de nuestra Máxima Casa de Estudios.

En los últimos años, al cesar la influencia del Ejecutivo –particularmente en el caso del doctor Juan Ramón De la Fuente—, han sido un grupo de médicos quienes han influido para la selección. El doctor José Narro logró dos elecciones consecutivas y, ambos –De la Fuente y Narro— a mi juicio, fueron magníficos Rectores. Sin embargo, el camino de estos dos eminentes médicos, políticamente se bifurcó, pues, mientras De la Fuente fue nombrado Embajador ante las Naciones Unidas por el actual gobierno, José Narro fue secretario de Salud en el gobierno de Peña Nieto y, actualmente, es opositor.

Las características que tener el rector son las siguientes:

1. Concepción clara de lo que es la Autonomía Universitaria y la Libertad de Cátedra, garantizadas por el artículo 3ro constitucional. Todos los aspirantes cumplen en este requisito.

2. Una carrera académica que implique un trabajo dentro de la UNAM. También todos cumplen esta característica.

3. Acreditar experiencia administrativa y de gobierno, que les permita llegar –en estos momentos difíciles— a la rectoría. Aun cuando todos tienen experiencia en la UNAM, no todos han tenido cargos en la administración pública.

4. Acreditar su defensa de las instituciones universitarias, para lo cual, se requiere un carácter y una claridad en su acción.

En este rubro, sin duda, destaca el director de la Facultad de Derecho, Raúl Contreras, que, a lo largo de su gestión ha defendido –incluso arriesgando su seguridad— a la Facultad de Derecho, impidiendo que ésta cerrara, cuando otras fueron atacadas por fuerzas anónimas y extrañas; aún más, las decisiones de Raúl Contreras se pueden subrayar con una acción: en el nombramiento y cese de sus amigos y funcionarios cercanos, cuando éstos no han cumplido a plenitud con sus obligaciones.

Esto es lo que necesita nuestra universidad: carácter, decisión, valentía y amor a la UNAM. Por estas razones, repito mi voto en favor de este destacado abogado.

CITA: Destaca el director de la Facultad de Derecho, Raúl Contreras, que a lo largo de su gestión ha defendido –incluso arriesgando su seguridad— a la Facultad de Derecho, impidiendo que ésta cerrara.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA

CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM