Margarito Escudero Luis
Algunos perredistas están conscientes de la grave situación por la que atraviesa su partido, son los verdaderos militantes, los que se han jugado el pellejo con el PRD en los últimos 25 años, a pesar de las traiciones a que han sido sometidos por sus propios dirigentes.
Estos militantes añoran aquel PRD que nació de la lucha popular, luego del despojo de la presidencia de la República a Cuauhtémoc Cárdenas, la indignación y enojo popular parecía que tenía rumbo y liderazgo.
La gente creyó en la postura y actitud de cárdenas y confió en él durante un tiempo, hasta que destruyeron esa imagen.
De ahí en adelante, todo lo que pudo avanzar el partido del Sol Azteca, se vino abajo; los verdaderos militantes de izquierda, que provenían de diferentes partidos proscritos y clandestinos, encontraron una ruta para poner en marcha sus ideas y proyectos, pero fueron desplazados poco a poco, ya que eso proyectos no eran compatibles con los priistas que arribaban a la izquierda sin quererlo.
Es necesario destacar que, mientras esos izquierdistas de verdad permanecieron en el PRD, este partido alcanzó su máximo esplendor y se convirtió en una verdadera esperanza para el pueblo y en un serio peligro para los planes neoliberales que llegaban de extranjero.
INFILTRADOS
Pero al desplazar a comunistas y socialistas, el espacio fue ocupado por infiltrados, aquellos que no cabían en los planes privatizadores de Carlos Salinas y llegaron cuando vieron las posibilidades de negocio en el PRD.
Hoy, los perredistas que se entregaron al sistema están seriamente cuestionados por otros militantes que buscan un resquicio por donde puedan sacarlos del partido.
Sin embargo, los dirigentes y quienes se encumbraron a los cargos de elección popular como diputados senadores y alcaldes, abandonaron a la militancia a su suerte.
Cuando más los necesitaron para poner orden en un partido, cuya dirigencia se entregaba cada vez más al gobierno en turno, nadie de los que cobraban sueldazos como funcionarios públicos quiso abanderar esta causa.
Sólo cuando se acerca el proceso de cambio de dirigencia es cuando se acercan a la base, que ya no confía en nadie y sólo están a la espera de que surja otros oportunidad para incorporarse a una nueve forma de luchar de verdad.
LA FIGURA DE CÁRDENAS
Recordemos que la militancia siguió casi a ciegas a Cuauhtémoc Cárdenas; sin embargo, la tibieza del ingeniero y su falta de agallas para luchar por lo que el pueblo de México había conseguido, hizo que la gente se fuera retirando de él.
Por eso, en su segunda incursión electoral, el fracaso fue más que estruendoso.
Luego vino la era de Andrés Manuel López Obrador, con una convocatoria mucho mayor que la de Cárdenas, dos veces candidato y en ambas ocasiones el resultado electoral quedó lleno de dudas, por lo que las victoria de los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, quedarán manchadas por la duda del fraude electoral.
Pero AMLO estuvo dispuesto a luchar por la causa, lo que le valió mayores simpatías del pueblo, a pesar de la intensa campaña emprendida desde las grandes alturas para desprestigiarlo.
Campaña en la que participaron por cierto, los mismos perredistas encumbrados, incluyendo al ingeniero Cárdenas.
TANTO PECA EL MATA LA VACA…
Hoy el PRD, y desde el punto de vista de los perredistas, enfrentarán a la Historia en condiciones deplorables. A pesar de las alegres declaraciones de sus dirigentes y sus candidatos, la verdad es que la militancia tiene sus ojos puestos en otro lado, lejos del Sol Azteca.
El mismo Uriel Flores Aguayo, diputado federal por el distrito de Xalapa Urbano, asegura en un artículo publicado en la capital del estado, que “las encuestas más recientes encendieron los focos rojos en el PRD, donde se ven con una mezcla de desdén y preocupación, unos números de posicionamiento electoral que tienden a disminuir”.
Dice que el dieciséis por ciento es la ubicación nacional, mientras que en el DF, principal bastión, anda en 29 puntos.
Agrega que para llegar a ese punto ha acumulado suficientes errores difíciles de revertir, como es la separación de Andrés Manuel López Obrador, su popular ex candidato presidencial, la aplicación de una línea pactista y colaboracionista con Peña Nieto, su corrupción interna y la venta o alquiler de la franquicia en las entidades, como en Veracruz.
Lo que no dice Uriel Flores Aguayo, es que el silencio y la inacción de los funcionarios públicos emanados del PRD, coadyuvaron a que la tribu de Los Chuchos hicieran lo que quisieran con el partido.
Es indudable que la clase privilegiada del PRD, los dirigentes, diputados, senadores, alcaldes, regidores y todos aquellos que se encaramaron al poder y reciben sueldos estratosféricos y privilegios, no les interesa el destino de la militancia que los encumbró.
Y ahora se acuerdan de ellos, cuando los necesitan para seguir medrando con las siglas de lo que queda de un partido.
A ver que hacen.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.