Margarito Escudero Luis
La olla de presión en que se ha convertido la sociedad mexicana, siguen en proceso de ebullición, cada vez son más las protestas soterradas, los encabronamientos escondidos, como la muestra del miedo que siente la gente por lo que está sucediendo en México.
Nadie de las personas con quienes este redactor ha platicado, ha vertido un comentario a favor de las reformas llamadas “estructurales”; incluso personas que nuca antes había visto, se han acercado para dar una opinión al respecto.
Puede notarse una falta de información, sobre quién o quiénes son los que están detrás de las reformas.
Algunos aseguran que Carlos Salinas es el nuevo dueño de Pemex, que el ex presidente es quién está detrás de Peña Nieto y quien en realidad manda.
Y es que las condiciones actuales de la sociedad, ante un silencio cómplice de muchos medios de comunicación, hacen que la gente invente sus propias versiones de cómo son las cosas y a veces, no están tan lejos de la realidad.
Porque para muchos resulta muy sospechoso que el gobierno haya desatado una guerra en contra de la delincuencia organizada y lo único que han logrado es sembrar el terror entre la población, sin que el flagelo disminuya.
Ya que cuando los carteles de la delincuencia operaban sin ser molestados, las broncas eran entre ellos; pero cuando fueron tocados en sus intereses, entonces para no perder ganancias, recurrieron a otras variantes del “negocio”, como el secuestro, la extorsión, asaltos y robos.
Sobre la supuesta apatía de la gente, que permanece en un silencio exasperante, permitiendo que se hagan reformas que afectan la soberanía nacional, muchos tienen su tesis.
PARALIZADOS POR EL MIEDO
La falta de reclamos de la gente tiene que ver con el miedo, según comenta un lector.
Asegura que nadie reclama, porque la reforma energética de EPN la inició Estados Unidos al armar con miles de armas y millones de cartuchos a los más peligrosos cárteles de la droga.
Luego, Felipe Calderón Hinojosa emprendió la pseudo, guerra contra el narco, bañando de sangre a México, sembrando el terror, la zozobra, el miedo, el temor, la incertidumbre pues se dejó al ciudadano en un total estado de indefensión.
Asegura que Fidel Herrera impuso un baño de sangre en el Estado y que en medio de este ambiente la mayoría no protesta no por temor a que le apliquen lo mismo que al Dr. Mireles; no protestan por miedo a que le desaparezcan a un familiar y a la hora de denunciar, un nefasto, corrupto y criminal MP criminalice al desaparecido y los periodistas y medios de comunicación, sin investigar, sin indagar, sin cuestionar como debiera ser, se lanzan criminalizar al desaparecido, al descuartizado, al ejecutado, al embolsado.
UN PLAN DE LARGO PLAZO
Otro lector, igualmente indignado, nos comenta que la privatización de los sectores estratégicos mexicanos, inició con Carlos Salinas de Gortari; el asesinato de Colosio, el ascenso a la presidencia de Zedillo y la llegada de los pitufos al poder, tuvo como consecuencia que el país fuera entregado al terror y al caos para que no reventara en manos del PRI y así regresara el tricolor a salvarnos mediante el castigo la reforma energética como único modo de rescatarnos.
Pregunta ¿De qué nos rescataron? Si Pemex, CFE y el sector energético mexicano no estaba en crisis. Todo lo contrario.
Luego afirma que las redes sociales, Facebook y Twitter sirven para una catarsis de millones de mexicanos, pero para la mayoría, la esperanza es despertar vivo al día siguiente.
Dice que con un terror de ese tamaño, nadie va a protestar y que, para el estallido social que viene, faltan algunas décadas y esta generación no lo vivirá.
No son pocas las personas que hacen sus análisis en base a los datos que tienen y a la realidad que están viviendo. Se nota que están buscando culpables, se nota que quieren que algo tremendo suceda en México y están a la espera de la menor señal para incorporarse.
Pero… visto desde otro ángulo, ya ha habido intentos de levantamientos, como en Michoacán y nadie se atrevió a seguir.
Los muchachos del #yosoy 132 hicieron lo suyo y nadie los siguió.
La historia reciente de México nos cuenta que en los últimos movimientos sociales, hemos dejado solos a quienes lo intentan.
Pero después, seguimos quejándonos
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