Muchos hemos escuchado a una gran cantidad de grupos musicales de Corea del Sur (Kpop). Y es probable que algún joven de nuestra familia sea fan de uno de ellos. Este fenómeno es una muestra de lo que se conoce como el poder suave expresado en la influencia de la cultura de ese país en el mundo. La exportación de esa tendencia no se limita solo a la música. En este sentido, la innovación y la tecnología, que también son parte del poder suave, han sido fundamentales para el diseño e implementación de la diplomacia pública coreana.
La música es solo la punta del iceberg; hay paralelamente, una serie de estrategias coordinadas por la Fundación Corea y la Korean Advance Institute for Science and Technology (KAIST) que apoyan al cumplimiento y posicionamiento de Corea del Sur en una lógica de poder suave a escala global. La diplomacia comercial funciona mejor cuando se trabaja paralelamente con estas dos instancias. El KAIST, además de contribuir al desarrollo de la ciencia y la tecnología, se ha convertido en un semillero de talentos y futuros embajadores y promotores de Corea del Sur.
Este Instituto ocupa el segundo lugar del mundo, después de Israel, en términos del porcentaje del Producto Interno Bruto destinados a la Ciencia y Tecnología (4.1%). Con su frase “el sueño del futuro” trabaja en las siguientes líneas de investigación: industrias pesadas, biotecnología, electrónica, semiconductores, tecnologías de la información, robótica, salud, inteligencia artificial, así como en cinco áreas de innovación estratégica que son: educación, investigación, comercialización, globalización y futuro. Además de esto, apoyan de manera decidida una visión llamada 2071 enfocada a promover esquemas de capacitación en materia de gobiernos digitales.
Hoy en día, el KAIST ha apoyado a más de 1830 startups que además de generar nuevos modelos de negocios, abren camino en los mercados emergentes por medio de la transferencia tecnológica que producen y que se refleja en el registro de patentes. En cuanto al factor humano, tampoco han desestimado formar cuadros en los países en donde existen intereses muy puntuales, tal es el caso de México quien se vio beneficiado por el otorgamiento de dos becas a una pareja de egresados del Instituto Politécnico Nacional que estudiaron su maestría en ese lugar. Se trata de los mexicanos Marco Beltrán y Marina Ruiz quienes continúan estudiando en el KAIST sus programas de doctorado en gestión de la tecnología.
No está por demás decir que han sido galardonados por este Instituto en los años 2020, 2021 y 2022. Estos dos mexicanos, independientemente de ser puente entre Corea del Sur y América Latina (son embajadores para la región), serán sin duda, una pieza clave en el aprendizaje de nuestro país no solo en materia de innovación tecnológica, sino un referente en materia de la estrategia e implementación del poder suave coreano expresado en esta materia que bien puede ser un marco de referencia para nuestro país.
De este y otros temas, estamos preocupados en el CIDE que, además del diseño de políticas publicas económicas, busca encontrar caminos alternos a los modelos de desarrollo económico del país desde una perspectiva nacionalista. Pensamos que hay casos en Asia que nos pueden dar luz al respecto. Felicitaciones a estos dos talentos mexicanos que esperamos pronto estén de regreso en casa.