El mediocampista de Cruz Azul revela que el estratega portugués lo tenía fuera de sus planes y que la llegada de Robert Dante Siboldi renovó su alegría de jugar
AGENCIAS
Rafael Baca, mediocampista de Cruz Azul, vive una realidad distinta sin Pedro Caixinha. De ser relegado con la categoría Sub 20, y sin minutos de juego en el primer equipo, el michoacano pasó a ser uno de los alfiles en el esquema del técnico Robert Dante Siboldi.
“Yo fui hablar con él (Caixinha) y me dijo en qué situación estaba. No hubo ninguna sorpresa. Por eso le pedí jugar con la Sub 20, para seguir en ritmo. Nunca jugaba los 90 minutos. La última vez fue en Estados Unidos, cuando enfrentamos al San José. El volver a ganar ritmo cuesta, pero hay que saberlo llevar de la mejor forma”, señala.
Baca entiende que los ciclos no son para siempre. Pero, a nivel personal, habla también de un equipo con el que se siente identificado y el cual hoy forma parte de los gustos de su familia.
“El día que mi ciclo se tenga que cerrar me iré con la frente en alto. Amo al club, tengo un hijo de cuatro años y me canta la canción de “Yo, soy celeste” cuando no sabe lo que está pasando su papá. Entra la frustración por no poder jugar. Pero si eso no me motiva, no sé qué más lo pueda hacer”, concluye.
En otro punto de su carrera, Baca parte de cero y vuelve empezar, Sigue soñando con el título de Liga. Ese objetivo que hoy también busca su hijo, para poder celebrar.
