AGENCIAS
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Lejos de lo acostumbrado, Chivas llegó en completo silencio a la capital para disputar una edición más del Clásico Nacional. Los tumultos, empujones, cánticos, banderas y la fiesta que la afición rojiblanca siempre realiza, esta vez quedaron para una mejor ocasión y cuando el Covid-19 así lo permita. El mensaje que compartió la institución tapatía horas antes en sus redes sociales, donde pidieron quedarse en casa y un cuidado especial, fue acatado a cabalidad. Con todas las medidas sanitarias, sana distancia y cubrebocas tricolores, con estilo muy mexicano, el plantel tapatío hizo su aparición en la Ciudad de México.
El primero en escena fue Ricardo Peláez. El presidente deportivo de los tapatíos fue custodiado por elementos de seguridad hasta una camioneta. En su camino, saludó de lejos a algunos curiosos que se acercaron.
El desfile de jugadores inició momentos después, de dos en dos. Oribe Peralta e Hiram Mier fueron los primeros en aparecer. Con un paso veloz, el veterano delantero fue reconocido y los contados aficionados que estaban para recibirlos se acercaron a él. El Cepillo aceptó gustoso un par de fotografías. A la salida, ya lo esperaban dos camiones, y cada uno tomó uno diferente.
Chicote Calderón y Miguel Ponce los siguieron. Javier López, el dorsal 10 de Guadalajara, fue uno de los jugadores más añorados y recibió algunos gritos de aliento. «Vamos Chofis, tú puedes», sonó con gran volumen, mientras el jugador lo aceptó con una sonrisa que ocultó su careta.
El portero Antonio Rodríguez también fue de los más solicitados. Con él, hasta se acercaron varias trabajadoras del aeropuerto, quienes de forma curiosa le pidieron algunos saludos y selfies.
Chapo Sánchez y Gilberto Sepúlveda aprovecharon el momento para colarse entre la pequeña multitud y pasar desapercibidos.
Por último aparecieron el técnico Víctor Manuel Vucetich, acompañado de cerca por sus delanteros estrella Alexis Vega y José Juan Macías. El Rey Midas caminó despacio, un par de personas se acercaron, pero los restantes se fueron por los futbolistas, quienes de forma amigable, accedieron al cariño de su afición, aunque de forma muy rápida y con poco acercamiento.
El apoyo fue contado, la pandemia de coronavirus cambió planes, todo fue en silencio.
AFICIONADOS SE PRESENTARON AL HOTEL
Luego de la aventura que vivieron los miembros del equipo en el aeropuerto de la Ciudad de México, algunos aficionados se dieron cita en el hotel de concentración.
Pese a las recomendaciones sanitarias, un sector de seguidores esperaron al equipo con banderas y cánticos a las afueras del inmueble.