Agencias
Esto
Es común que Pumas siempre tenga el apoyo de su gente cuando jueguen en CU, que jueguen con su corazón y también que últimamente dominen a sus rivales. Lo que no es tan normal es que anoten goles y que ganen, pero la victoria 3-2 contra el líder San Luis parece que finalmente le puso punto final a esa malaria.
El transitar del partido fue el mismo que ha tenido Pumas cuando ha jugado de local, mucho dominio pero poca o nula contundencia y al final son castigados por no poder abrir el marcador.
Los primeros 25 minutos Atlético de San Luis no existió en la cancha del Olímpico Universitario. Por supuesto, en gran parte por la tranquilidad con la que jugaron José Luis Caicedo y Rodrigo López en la media, pero también por el cierto temor que provocó César Huerta siempre que tomaba el balón.
Los tuneros se replegaron cuando el resto del equipo tenía el control del esférico, pero en cuanto el Chino daba alguna sensación de amenaza, dos e inclusive tres potosinos llegaron a bloquearle el paso. El extremo logró hacer un par de jugadas interesantes, pero se quedaron solamente en la emoción de las gradas que entraban en éxtasis para vez que Huerta entraba en acción.
Poco a poco el sorpresivo super líder terminó con el dominio felino, y Julio González tuvo que entrar al quite con una palomita fuera de su área y una barrida de emergencia para arruinar un par de contragolpes.
LA POLÉMICA SE HIZO PRESENTE
Como siempre, la polémica no faltó por parte de César Ramos. En el primer tiempo, el silbante negó marcar una posible mano para Pumas y luego una falta sobre el Chino Huerta, y como es común, eso desestabilizó a los universitarios y el “Cata” Domínguez les propinó el primer tanto con un solitario cabezazo en tiro de esquina.