27 de Noviembre de 2024

Reverdeciendo la ciudad / Leonor Gómez Otegui

columnas heraldo

 

 

El cambio climático es quizá el reto más importante que la humanidad tiene hacia las próximas décadas

 

El cambio climático es quizá el reto más importante que la humanidad tiene hacia las próximas décadas. En su informe “Climate Change 2021, The Physical Science Basis”, la ONU estudió más de 14 mil artículos de investigación sobre el tema y los resultados son alarmantes.

De acuerdo con la organización, el planeta se encuentra en un punto crítico y definitorio: experimentando ya las consecuencias del cambio climático y con la esperanza de poder mitigar efectos más graves a futuro.

La ONU reveló, por ejemplo, que los últimos cinco años fueron los más calurosos desde 1850, lo cual explica en gran medida el aumento de incendios en el Mediterráneo y gran parte de Estados Unidos. En lo tangible, el crecimiento del nivel del mar se ha triplicado, respecto a la tasa registrada en el último siglo (1900 a 2000) y se han registrado temperaturas sin precedentes en distintas zonas del globo (hasta 50 grados Celsius).

La conclusión de la ONU es que la actividad humana ha tenido una influencia determinante y negativa, en el cambio de la atmósfera, el océano y la tierra. Ahora bien, ¿qué pasa con los pronósticos hacia futuro?, bueno pues el informe de esta organización pronostica que en las próximas dos décadas, la temperatura del planeta aumentará hasta 1.5 grados celsius o más.

Esto traería consecuencias catastróficas como un aumento exponencial en el nivel del mar (que ya es incontenible), olas de calor nunca antes registradas, sequías y escasez de alimentos.

Pese a este escenario uno puede preguntarse si todo está perdido. Pues no. La ONU concluye que estamos a tiempo de ejecutar acciones que mitiguen los efectos del cambio climático y por ende, que cambien ese escenario fatal. Una de éstas acciones es la de “enterrar” o “absorber” las actuales emisiones de carbono, a través de esquemas de forestación y reforestación.

Es en esta línea de acción, que sugiere la ONU, que se inscribe el Programa Ambiental y de Cambio Climático para la Ciudad de México 2019-2024, que plantea 7 ejes de acción para mitigar este fenómeno en la capital: revegetación, rescate de ríos y cuerpos de agua, manejo sustentable del agua, cero basura, movilidad integrada y sustentable, calidad del aire y ciudad solar.

Sobre el primer eje, el gobierno de la Ciudad de México se ha fijado como meta la reforestación de 15 millones de árboles, el control del crecimiento de la mancha urbana, la creación de nuevos humedales y la recuperación de tierras de cultivo abandonadas en la Zona Oriente de la ciudad. Todo ello con una inversión de más de 6 mil millones de pesos.

Como parte de esta gran campaña, se ha planteado el rescate de los Bosques de Chapultepec, Aragón y Tláhuac; el Parque Cuitláhuac, los viveros de GAM, el de San Fernando y el Gran Canal. De la misma forma se han emprendido una serie de acciones para la restauración de áreas naturales protegidas como la Sierra de Santa Catarina, la Sierra de Guadalupe, el Cerro de la Estrella y el Parque Ecológico de Xochimilco.

A ello se suma la restauración de diversas barrancas de la capital, un proceso en el cual participa activamente el Consejo Económico, Social y Ambiental de la CDMX (CESA CDMX); la reforestación de las principales avenidas de la ciudad y la siembra de 5 millones de nuevos árboles y plantas en colaboración con la asociación civil “Reto verde”.

Destaca también como parte de este esfuerzo para reverdecer la ciudad, el proyecto de corredores verdes, como el de Periférico Oriente, que además de dar una nueva imagen a zonas completamente urbanizadas, abonan precisamente a la mejora de la calidad del aire. Así como la creación de más 26.2 hectáreas de nuevos humedales en los últimos cuatro años, que contribuyen con la llegada de aves migratorias y la mejora de la calidad del agua.

Así pues, la Ciudad de México está poniendo su grano de arena para mitigar el gran reto que representa el cambio climático, cuyos efectos, repito, estamos viviendo todos: nuestros padres, nuestros hijos y nuestras comunidades. Hoy por hoy y como nunca antes había ocurrido, se han decretado alertas por las olas de calor y las altas temperaturas registradas en la capital del país (superior a los 30 grados celsius) y contingencias ambientales cada vez más comunes por las afectaciones en la calidad del aire. Estamos a tiempo de actuar. Hagamos conciencia.

POR LEONOR GÓMEZ OTEGUI