Ruge en cada lanzamiento, pero se permite sentir y dejar ir para seguir en la cima
Agencias
Un auto deportivo atropelló a Ángeles Ortiz en 2004, casi al final del camino universitario. Las influencias del adolescente conductor provocaron una mala atención médica, y la amputación de la pierna izquierda de quien después se convirtió en una laureada paratleta. La lanzadora de bala, repasó el episodio, y su historia personal, en un libro titulado Detrás de las Medallas, que escribió como catarsis, para drenar las lágrimas que a veces se permite, a pesar de ser apodada La Leona.
“El proceso estuvo feo, no se hizo justicia, hicieron todo a modo que parecía que yo era la agresora, y escribir fue como una autoterapia. Fue describir una Angie de niña, hasta que estudió algo que tenía casi en la mano”, relató a El Heraldo de México.
Ángeles se graduó en la carrera de comercio internacional, en muletas y con honores, pero no pudo ejercer. “Ve las caras de mi familia por la situación, duele, pero por ellos salgo adelante, no importa si no tengo una pierna, si tuve cáncer, porque ahora represento a mi nación”, dijo.
Fue Estela Salas Marín, campeona paralímpica en Atenas 2004, quien la invitó a practicar la misma disciplina que practicó cuando era niña, pero ahora desde una silla de ruedas. Ortiz ganó oro en Londres 2012 y Río 2016, y plata en Beijing 2008. En Tokio, una lesión la bajó el podio: “Para muchos fue ‘perdió’ Angie’; para mí fue decir ‘México, tienes un mujerón valiente que, con el brazo roto, empató la marca de tercer lugar de alguien que no tiene lesión.
“La leona llora también. Ha habido momentos dolorosos, más de ver a mi familia fallecer, ver a mi hija llorar, pero lo hago en silencio, cuando nadie me ve, hasta que se me limpie el alma, que es como si soltara el sufrimiento. Es ahí cuando me permito pensar con claridad”, confesó.
En el mundo del deporte adaptado, Ortiz encontró un mundo lleno de superación y aceptación que se alinearon con su forma de ser, los valores que le inculcó su padre, y las habilidades de una mujer felina.
De cara a su quinta justa paralímpica, en París 2024, Ángeles pidió a la gente: “Que abra su corazón, sean más humanos, que no critiquen, sin saber lo que es superar una discapacidad y cómo tener la entereza para ser la mejor, porque no es fácil”, rugió la leona.
Gilda Cota sorprende a la vida
Cuando Gilda Cota piensa en hacer una acción, su cuerpo no siempre responde, por la esclerosis múltiple que la impactó a los 30 años. Como revancha, la lanzadora de bala viaja a París 2024, en sus primeros Juegos Paralímpicos, para sorprender a la vida.
La nacida en Yucatán, es una de las pocas paratletas en el mundo que compite con esta enfermedad crónica degenerativa del sistema nervioso, que afecta a las células nerviosas del cerebro y la médula espinal: “No sabes qué parte de tu cuerpo deja de funcionar ni en qué momento”, explicó.
“Soy una paciente atípica, porque el paciente no es muy activo. Es como romper los esquemas de estar en cama. Yo voy a ir a unos Juegos Paralímpicos”, compartió a El Heraldo de México.
Pero Gilda, sin pensar en ello, compite en el mar de posibilidades de que su cuerpo no responda, como sucedió el año pasado, en un Mundial en Francia. Por ello, rompe con lo dictado por la sociedad, y sabe que rendirse sí es una opción, a veces orillada por el dolor.
“También es una opción intentarlo. Tuve las ganas de decir ya no más, pero lo intenté, no dejé de entrenar, me rehabilité y lo estamos logrando. Esto no lo hago para colgarme un mérito, sino para difundir la enfermedad que es muy común en México, pero no sabemos nada de ella”, dijo.
En las noches, Cota duerme tres horas en promedio. Los calambres, temblores, calor, sensación de agujas en la piel, le impiden descansar. Con su ejemplo, la paratleta intenta concientizar y empatizar: “No juzguemos a personas ajenas si no conocemos su historia. Todos vivimos una guerra todos los días, vivir con esclerosis no es fácil. No es lo que ves, es lo que sentimos, la enfermedad da mucho dolor”, compartió.
“Aceptar a la enfermedad es más fácil. Va a ser mi compañera de por vida, y en lugar de pelear con ella, bailó con ella. Ya es mi mejor amiga, íntima, así es más fácil lidiar con ella, ese es mi secreto. Mi filosofía es: si la vida me sorprendió a mí, yo voy a sorprender a la vida”, finalizó.
Información de: El Heraldo De México