El volante del Villarreal tiene el sueño de jugar con su hermano Giovani en el máximo evento futbolístico.
KANSAS CITY, EU., abril 1 EL UNIVERSAL
Era junio de 2010 allá en Alemania. Jonathan dos Santos estaba despierto soñando en un Mundial, cuando Javier Aguirre y Mario Carrillo entraron a su habitación y le dijeron: “Lo sentimos, eres muy joven aún... Habrá más Copas del Mundo”.
Y no fue a Sudáfrica.
Cuatro años después, en 2014, apareció la lista de jugadores convocados por Miguel Herrera para el torneo a disputarse en Brasil... Jona sabía lo que pasaría, pero aun así se fijó... sólo un Dos Santos estuvo en ésta y no era él.
Ahora en 2018, Jonathan Dos Santos se ha prometido a sí mismo no dejar pasar la oportunidad: 2018 “no se me va... espero”, dice el volante del Villarreal, quien aún tiene el sueño de jugar con su hermano Giovani en el máximo evento futbolístico. Es su máximo anhelo.
“Ojalá y ya se me dé. Claro que quiero estar en el próximo Mundial”, dice el volante nacido en Monterrey, pero creado como futbolista en La Masía, la cantera del Barcelona español.
“Apenas comienza el camino como para pensar en la próxima Copa del Mundo”, comenta, “pero quiero ir (a Rusia). Ojalá y no se me vaya”.
—¿Qué ha pasado con la carrera de Jonathan Dos Santos?
—Lo que necesitaba era jugar. En el Barça no me dieron la oportunidad, así de simple, y lo que yo quería era mostrarme—, dice sinceramente, no hiriendo su pasado, pero sí mirando a su futuro.
Jona simplemente se transformó, “cambié mi destino”. El salir de Barcelona y recalar en el Villarreal “ha sido lo mejor que ha podría pasarle a mi carrera. Ahora juego más minutos, ahora cada semana tengo la oportunidad de demostrar y mejorar. Y creo, que falta que vean lo mejor de mí, estoy trabajando en eso”, dice confiado.
Por ello este Mundial “no quiero que se me vaya”.